La Universidad de Chile afronta mañana el desafío de remontar en su estadio el 2-0 que encajó la semana pasada ante el River Plate en Uruguay, en la primera fase de la Copa Libertadores, una gesta ambiciosa para un equipo que ha protagonizado un irregular arranque de temporada.

El resultado del choque de ida en Montevideo es muy desfavorable para el equipo que dirige el argentino Sebastián Beccacece, que está obligado a salir al ataque si quiere remontar y meterse en el grupo 2, en el que esperan el Nacional uruguayo, Palmeiras y Rosario Central.

La U de Beccacece, que era el ayudante de Jorge Sampaoli en la selección chilena, parece todavía un equipo en busca de un estilo de juego y una identidad propia, una situación que ha quedado de manifiesto con los pobres números que registra hasta el momento.

En el torneo de Clausura local ha sumado un triunfo y tres empates, el último de ellos este fin de semana ante el colista San Marcos.

El arquero Johnny Herrera pidió "tener fe" en la remontada de la U y se mostró convencido de sus posibilidades con el apoyo de la hinchada en el Estadio Nacional de Santiago.

El conjunto chileno tendrá una baja sensible en defensa, la del defensa Gonzalo Jara, que sufrió un desgarro muscular en el partido de Montevideo.

El River Plate viajará hoy a la capital chilena con el optimismo del resultado de la ida pero dispuesto a tomar las cautelas necesarias para sellar la clasificación, que más allá del valor deportivo le reportaría también buenos ingresos a las arcas del club.

Este fin de semana, el River Plate empató a uno ante el Fénix en la primera jornada del Torneo Clausura charrúa, un duelo en el que el entrenador Juan Ramón Carrasco apostó por un once plagado de suplentes y reservó a sus mejores jugadores para el partido frente a la U.

EFE